William Ospina plantea un notable problema Colombiano contado en anécdota, pero es ciertamente un problema inmenso que emerge y cuestiona de una u otra manera el desarrollo periodístico; pero como ser capaz de fundamentarse como periodista si el valor de apoderarse del terreno depende más aun de cómo los políticos le dan dirección al país de un modo cobarde y efímero.
Precisar en el valor patriota, mencionar los símbolos Colombianos, crea una insatisfacción intima,¿ por qué como creer que un país lleno de bondad y firmeza deja de lado la representación interna utilizada para la externa?
Detenerse y cuestionar de porque los Colombianos dejamos que otros manden sobre nuestro territorio, deja ver superficialmente que capacidad tenemos para lograr lo que tanto anhelamos; porque el papel de quien escribe este ensayo se ha premeditado en cubrir estragos y no en experimentar en el campo social realmente interesante para mí.
Es precisamente lo que Ospina plantea en su escrito dejando a flote una contrariedad de lo que nos hacen ver y de lo que realmente es; es por eso que su texto concluye con la pregunta inicial de este escrito, donde está la franja amarilla de la bandera Colombiana, la que representa riqueza y bienestar prometida para un país decidido a desarrollarse y a dejar de lado lo que hace tanto tiempo dejo de ser impactante, la injusticia y el enriquecimiento personal a tan alto precio y bajo prestigio.
Visión periodística...
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